Las probabilidades de que te caiga un rayo son 1 entre 300.000. Y aunque el 90% de personas sobreviven, la descarga eléctrica deja unas cicatrices en el cuerpo que casi parecen tatuajes, y se llaman figuras de Lichtenberg. Pero eso no es todo.

Un rayo puede calentar el aire que lo rodea a 27.760 grados Celsius, 5 veces más caliente que el sol, y puede contener hasta 1 billón de voltios de electricidad. Es terrorífico imaginar lo que esta cantidad de energía puede hacer a un humano.
Cuando entra en tu cuerpo, cortocircuita las pequeñas señales eléctricas que hacen que funcione el corazón, los pulmones y el sistema nervioso. Esto puede provocar un ateque al corazón, convulsiones, lesiones cerebrales, lesiones en la médula espinal y amnesia. El terrible calor, la luz y la electricidad también pueden dañar tus ojos, por ejemplo, agujereando tus retinas, y causando cataratas. Y por desgracia para los hombres, también puede producir impotencia y un descenso de la líbido en general.
Mientras el rayo se mueve por la superficie del cuerpo, puede forzar a salir a los glóbulos rojos de los capilares a la epidermis, como un moretón. Estas cicatrices son las llamadas figuras de Lichtenberg. Las altas temperaturas también pueden calentar cualquier metal que lleves encima, causando quemaduras de 3º grado. O también vaporizan el sudor o la lluvia sobre tu piel. A veces, esta explosión de vapor destroza la ropa y calzado de la gente, dejándoles casi desnudos. Aquí debajo te presentamos a algunas personas que han sobrevivido a esta experiencia.