Pues primero que nada, debes saber que Sigmund Freud dedico años de su vida a analizar el Chiste y su relación con lo inconsciente, publicando su libro sobre el chiste en 1905. El chiste para Freud es mucho más que una forma ingeniosa o simpática de pensar la realidad.
Empezare por citar a Woody Allen en uno de sus famosos chistes : «¿Que si creo en Dios? Soy un “ateo teológico existencial”. Creo que hay una inteligencia en el universo; excepto en ciertas partes de Estados Unidos».
La cita anterior trata con temas controversiales para todos, pero Woody Allen los enfrenta con risa y esta risa que causan sus palabras libera esa tension que se siente cuando uno no encuentra explicación para las cosas espirituales. Al mismo tiempo de librarse de esa tension, aprovecha para darle una repasada a ciertos sectores a su alrededor.
La técnica del chiste para Freud
El chiste para Freud se basa en 6 técnicas básicas: la condensación, el desplazamiento, el doble sentido, el empleo de un mismo material, el retruécano o chiste por similicadencia y la representación antinómica. Describamos estas técnicas:
- Condensación. Es la fusión de dos palabras o conceptos en uno solo, generando un equívoco potencialmente gracioso. Tiene lugar cuando un deseo se desplaza de un objeto a otro y se satisface en él. Por ejemplo, el deseo de señalar al conjunto de personas que tienen unos planteamientos diferentes a los míos, puede desplazarse a un territorio indefinido, como sería «ciertas partes de Estados Unidos».
- Desplazamiento.Tiene lugar cuando un sólo objeto adquiere la carga afectiva de otros muchos. Es como si el tesoro que pudiera aparecer en un chiste representase una pluralidad de aspiraciones personales o deseos insatisfechos.
- Doble sentido. Cuando se emplea la misma palabra con un sentido diferente. Como en este caso: “Es mejor dar que recibir. Atentamente, el boxeador”.
- Empleo de un mismo material. Uso de las mismas palabras o expresiones para generar un sentido nuevo. Ejemplo: “¿Cómo anda usted?”, le preguntó el ciego al paralítico. “Pues así como me ve”, respondió el paralítico al ciego.
- Retruécano o chiste por similicadencia. Es un juego de palabras en el que una palabra alude a otra. Ejemplo: “Siempre es mejor el sexo con seso que sin él”.
- Representación antinómica. Se hace una afirmación que luego se niega. Como en este caso: “No solo no creía en los fantasmas, sino que ni siquiera se asustaba de ellos”.
Para Freud, el chiste tiene, por lo tanto, una carga agresiva, donde suele aparecer una víctima que representa a todas las personas sobre las que queremos liberar nuestra agresividad. Y para él, se trata de un mecanismo muy parecido al sueño, pues también en el mundo onírico aparecen los mecanismos de desplazamiento y condensación y las temáticas son similares: sexo, violencia, situaciones imposibles o extrañas.
La tendencia y la psicogénesis del chiste
En el chiste para Freud hay dos tipos de motivaciones: el chiste inocente, o sin mayor motivación que la de hacer gala de ingenio, y el chiste tendencioso, o aquel que está motivado por un impulso hostil u obsceno. En el chiste inocente, el placer y la risa devienen exclusivamente de lo gracioso implícito en ellos. En cambio, en los chistes tendenciosos, el placer provendría de romper con una forma de represión.
Dentro de los chistes tendenciosos se incluyen las afirmaciones satíricas, irónicas y ridiculizantes. El contenido hostil u obsceno no siempre es crudo, pero sí es evidente. Generan placer en quien los crea o los escucha porque suponen la transgresión de una norma frente a ciertos temas o a ciertas figuras.
Es muy habitual que los chistes tendenciosos se dirijan a una figura de poder, a una ideología, un credo, un pueblo, una raza, etc. Muchas veces son una forma “políticamente correcta” de manifestar verdades que de otro modo no se aceptarían.
El chiste y la represión
El chiste para Freud es uno de esos mecanismos para hacerle frente a la represión social, cultural o individual que nos genera displacer o neurosis. Gracias al relato divertido divertid se liberaría parte de esa tensión que estaría implícita en la represión. En el fondo habría una idea: si es gracioso para los demás es porque libera de una coerción o de una cohibición.
La risa es un medio para descargar la tensión emocional. Es también un desafío a lo represor. En ese sentido, el chiste tendencioso y la risa cumplen con un papel civilizador. En lugar de agredir directamente al otro, se emplea un medio ingenioso de lenguaje para expresarle la hostilidad. En lugar de romper los tabúes del sexo a través de la perversión, se haría por medio del “chiste verde” u obsceno.
Por todo lo anterior, el chiste para Freud es un medio para conocer los deseos reprimidos de una persona y de una sociedad. Sobre sus tabús y todo aquello de lo que no se habla abiertamente y que, por lo tanto, está de alguna manera proscrito de consideración consciente. De ahí que esas bromas pudiesen tener todo que ver con el inconsciente, pudiendo abrir un camino para conocer en profundidad la realidad subjetiva de una persona y de una