En 1959, el presidente estadounidense Eisenhower quería que los ciudadanos soviéticos supieran de primera mano cómo era el estilo de vida estadounidense y los beneficios del capitalismo sobre el comunismo. Entonces, el gobierno estadounidense organizó en Moscú la Exposición Nacional Americana y envió a Nixon (en ese momento vicepresidente de Estados Unidos) para representar al gobierno estadounidense.
En la exposición, el líder soviético Khrushchev y Nixon se encontraron. Estaban viendo lo último en tecnología y productos de consumo estadounidenses, cuando comenzaron una discusión sobre los beneficios del comunismo y el capitalismo. La acalorada conversación, más el clima cálido de julio, hizo que Khrushchev sudara notablemente. Donald M. Kendall, en ese momento vicepresidente de marketing de Pepsi, corrió para ayudar a Khrushchev y le entregó un vaso de Pepsi. La imagen resultante dio la vuelta al mundo y fue el mejor anuncio para Pepsi.
En 1972m Donald Kendall era presidente de Pepsi desde 1963 y había estado buscando durante años llevar a Pepsi a la URSS. Kendall era amigo de Nixon (quien ya era presidente de los Estados Unidos) y trató de jugar esa carta. Uso su influencia política para llegar a un acuerdo comercial para llevar la bebida a la Unión Soviética.
En 1972, el acuerdo estaba casi firmado, pero surgió una pregunta importante: ¿cómo iba a pagar la Unión Soviética a Pepsi? El problema era que la URSS no tenía acceso a moneda extranjera y el rublo no podía intercambiarse en el mercado internacional. ¡La solución fue pagar con vodka! El gobierno soviético tenía grandes cantidades de vodka, ya que la mayoría de las marcas de esa bebida eran de propiedad estatal. Por lo tanto, se acordó que la URSS pagaría con vodka Stolichnaya , una marca creada en 1901 siguiendo la receta diseñada por el famoso químico ruso Dmitri Mendeleiev .
Este acuerdo fue histórico: Pepsi se convirtió en el primer producto occidental vendido en la URSS . Además, Pepsi llegó al mercado de bebidas alcohólicas, ya que se convirtió en el importador exclusivo del famoso vodka Stolichnaya para el mercado estadounidense.
En 1989, el acuerdo inicial entre Pepsi y la URSS estaba a punto de expirar y comenzaron las negociaciones para firmar uno nuevo. En ese momento, Pepsi ya tenía más de 20 fábricas en la URSS que embotellaban la bebida para su distribución. El nuevo acuerdo comercial tenía un costo de unos tres mil millones de dólares, y era obvio que solo la exclusividad del vodka Stolichnaya no era suficiente para pagarlo. La URSS todavía tenía dificultades en los mercados internacionales para intercambiar rublos, por lo que tuvo que encontrar un método de pago alternativo.
Nuevamente, la Unión Soviética encontró una solución: si en la década de 1970 tenían mucho vodka , ahora en la década de 1980 tenían mucho equipo militar heredado de la Guerra Fría.
La URSS ofreció pagar a Pepsi con una flota de barcos y submarinos diesel. Pepsi aceptó el trato porque sabían que era la única forma de continuar vendiendo Pepsi en la URSS . El acuerdo incluía 17 submarinos, un crucero, una fragata y un destructor, que fueron vendidos a una empresa sueca para reciclar chatarra. Esos 17 submarinos hicieron que Pepsi se convirtiera, durante unos días, en la sexta potencia militar más grande del mundo por número de submarinos diesel. El presidente de Pepsi, Donald Kendall, dijo al Asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos: “Estamos desarmando a la URSS más rápido que usted”.