Como un simple comentario en cualquier tono que se emita puede ser interpretado por quien lo recibe ¡Como le dé la gana! Aquí el más espantoso ejemplo: Albert Einstein escribió una cortísima carta a Franklin D. Roosevelt en Agosto de 1939, presidente de Estados Unidos en aquellos tiempos, transmitiéndole su miedo ante la eventualidad de que la Alemania nazi desarrollara …
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