El dolor de cabeza es una de las molestias más frecuentes que sufren las personas a lo largo de su vida, pero no afecta a todos por igual. En concreto, el número de mujeres que lo padece triplica al de hombres, afirma José Fontcuberta, director de la Clínica Armstrong Internacional en Madrid, único centro en España dedicado a la investigación y tratamiento del dolor de cabeza, cuello y espalda. El motivo, según este experto, es que los ligamentos de los músculos de la mujer tienen menos fuerza que los del hombre. Fontcuberta añade, además, que el cambio hormonal que sufren las féminas con la menopausia también es un factor de riesgo así como la genética.
El trastorno no es síntoma de una enfermedad grave, pero habitualmente se convierte en una pesadilla para quienes lo sufren. Los largos periodos de reposo obligados suponen una pérdida importante de días de trabajo, un enorme consumo de analgésicos y elevados costes sanitarios. A todo ello
hay que añadir la gran ansiedad que puede provocar el dolor de cabeza, que produce miedo en el paciente por el temor a padecer un tumor o enfermedad cerebral.
Las también llamadas cefaleas se refieren a cualquier dolor localizado en la cabeza, sin que exista una enfermedad subyacente. Existen diferentes tipos de patologías: dolor de cabeza tensional, jaquecas o migrañas, dolor de cabeza secundario y síndrome de dolor orofacial o de la disfunción temporomandibular.
De todos los tipos de dolores de cabeza, el síndrome orofacial es el más común. Se calcula que un 10% de la población experimenta un dolor de cabeza frecuentemente, y se estima que más de un 65% de esa proporción es de tipo orofacial.
Este síndrome, desconocido por la gran mayoría de la población, tiene su origen en un desequilibrio mandibular y provoca “fuertes dolores que vienen y desaparecen repentinamente como molestias en el oído, alrededor del ojo, en la frente y sien, entre otras zonas”.
Gran desconocimiento
Fontcuberta señala que el síndrome de dolor orofacial se produce, en la mayoría de los casos, como consecuencia de un mal equilibrio entre los elementos que integran el sistema masticatorio, basado en la musculatura, los dientes y las dos articulaciones tempomandibulares. “La gran mayoría de los pacientes que acude al centro no asocia el dolor que tiene con este síndrome, porque existe un enorme desconocimiento. En general, la población no da demasiada importancia al sistema masticatorio porque piensa que es tan perfecto como el de la visión. Se cree que sacando una muela se arregla el problema”, asegura el experto, quien insiste en que lo fundamental es “llegar al origen del dolor y tratarlo con la ayuda de especialistas”.
La sintomatología de la disfunción es muy variada y a medida que transcurre el tiempo aparecen manifestaciones que nunca se habían asociado a la disfunción tempomandibular. Quien sufre esta dolencia tiende a dormir mal y levantarse cansado. El abuso de analgésicos puede llegar a empeorar la situación.
El dolor de cabeza orofacial está experimentando un considerable aumento. Sus síntomas aparecen cada vez más precozmente. “Hace cinco o seis años era difícil encontrar un paciente con 20 años, era normal a partir de los 30, pero hoy hay de todas las edades”, concluye Fontcuberta.
Problema Genético
Un equipo internacional de científicos ha identificado tres genes asociados con la migraña, un trastorno neurológico común, heterogéneo y hereditario que afecta a cerca del 20% de las personas y es más común entre la población femenina. El hallazgo explica la mayor frecuencia en las mujeres.
Los expertos analizaron las dolencias de 23.230 mujeres, procedentes del Estudio Sanitario del Genoma de la Mujer realizado en EE UU. De ellas, 5.122 padecían migrañas. Los resultados, publicados en Nature Genetics, muestran cómo uno de los genes identificados (TRPM8), que se expresa en neuronas y codifica un sensor para el dolor, se expresa solamente en las mujeres. Por su parte, el segundo gen (LRP1) está involucrado en la detección del ambiente extracelular y las vías neurotransmisoras.