Hace un siglo, los relojes que brillan en la oscuridad eran una novedad irresistible. Las caratulas o indicadores eran cubiertos con una pintura luminosa especial, brillaban todo el tiempo y no necesitaban cargarse a la luz del sol. Parecía magia.
Una de las primeras fábricas en producir estos relojes abrió sus puertas en Nueva Jersey en 1916. Contrató a unas 70 mujeres, la primera de miles que se emplearon en muchas de estas fábricas en los Estados Unidos. Era un trabajo glamoroso y bien pagado.
Para la delicada tarea de aplicar la pintura a los diales diminutos, las mujeres recibieron instrucciones de apuntar los pinceles con los labios. Pero la pintura hizo brillar los relojes porque contenía radio, un elemento radiactivo descubierto menos de 20 años antes, cuyas propiedades aún no se comprendían completamente.
Las mujeres lo ingirieron con casi todas las pinceladas. Fueron conocidas como las “Radium Girls”.
Conoce esta Luminosa y Extraña historia……..