La Cueva de los Cristales de NAICA se encuentra a 300 metros bajo tierra. Poblada de espectaculares y enormes cristales de selenita o “piedra de la luna”, nos muestra su gran belleza, en un ambiente donde la apariencia de hielo contrasta -en la profundidad- con altas temperaturas. Y, a través de la magnificencia de sus cristales, nos conduce por multiplicidad de caminos: el científico, el tecnológico, el artístico, el filosófico y el de la magia de la naturaleza. Pero, también, nos confronta con una responsabilidad ineludible: nuestra obligación de protegerla y preservarla.
La Mina de NAICA se encuentra al norte de México, y al sureste de la ciudad de Chihuahua. Es la primera mina productora de plomo, zinc y plata, entre otros minerales. La entrada se ubica a 1385 m. sobre el nivel del mar en el norte de la Sierra NAICA de 12 Km. Inició sus operaciones en 1794 y, la explotación formal como Compañía Minera de NAICA, en 1900; a lo largo del siglo XX es explotada por diversidad de empresas y no es hasta 1952 que queda a cargo del Grupo Peñoles.
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Escondida, a 300 metros bajo la tierra, La Cueva de los Cristales de NAICA ha esperando hasta ahora para mostrarnos su gran belleza. Una gran geoda de paredes rojas, un útero natural lleno de cristales de selenita, ó “piedra de la luna” llamada así por su color, brillo y transparencia. Tranquila y silenciosa, esta maternidad de piedra acogió lentamente el crecimiento de sus cristales al arrullo del agua, el calor, la oscuridad y el silencio durante más de un millón de años.